La importancia de la alimentación en la salud bucodental

“Mens sana in corpore sano” es una de las citas latinas más conocidas y que no viene a significar nada más allá de la relación que existe entre la salud a todos los niveles. Y es que mucho se ha escrito sobre la salud mental y la salud física, así como de la relación que existe entre ellas, ya que no existe una sin la otra. Sabemos que el estrés, la falta de sueño y el cansancio acumulado que provocan esos dos factores afectan sobremanera a la salud física, que acaba repercutiendo en la salud mental traduciéndose en depresión y ansiedad.

Pero no conviene olvidar un tercer factor muy olvidado en la salud, que es la higiene bucodental. Cuando la boca no está lo suficientemente cuidada o, directamente está dañada, aparecen enfermedades como:

  • Caries, cuando las bacterias presentes en la boca producen ácidos que atacan a la superficie del diente y al esmalte.
  • Gingivitis, una enfermedad periodontal en fase temprana que produce que las encías se enrojezcan y se inflamen.
  • Periodontitis, una enfermedad periodontal en una fase severa y aparece cuando no se ha tratado a tiempo la gingivitis.
  • Halitosis o mal aliento: provocada, en su mayoría, por enfermedades periodontales de la boca, falta de higiene o por el consumo de tabaco.
  • Llagas o aftas, que aparecen a modo de úlcera en la boca y su aparición se debe a diversos factores, como carencias nutricionales de hierro, ácido fólico y vitamina B12, así como a cambios hormonales.
  • Herpes labial, también conocido como “calenturas”, que son unas lesiones que aparecen en la boca, labios o nariz. A diferencia de las aftas, el herpes labial es contagioso porque está producido por el virus del herpes simple (VHS-1).
  • Cáncer oral, que aparece debido al consumo de tabaco y el alcohol como principales causas. Pero también se puede deber a la existencia de las infecciones del Virus del Papiloma Humano (VPH).

De esta manera, tal y como nos recuerdan nuestros amigos de la Organización Colegial de Dentistas de España, cuidar la boca es muy importante. Y no solo hablamos de los cuidados que todos tenemos presentes como la importancia del cepillado de dientes o el uso de un dentífrico adecuados a nuestras dolencias, sino que no debemos perder de vista la importancia de la alimentación en este asunto.

Hay alimentos capaces de limpiar la boca, como las zanahorias y las manzanas crudas. Otros capaces de dañar el esmalte dental, como por ejemplo las chucherías y el azúcar. Y también otros capaces de reforzar el esmalte, como aquellos alimentos ricos en vitamina A. Por ello, lo más importante es llevar una dieta variada, rica en vitaminas y nutrientes, de manera que todas las necesidades básicas de nuestro organismo estén cubiertas para asegurar el correcto funcionamiento. Y, en este sentido, tampoco podemos olvidarnos de los más pequeños: incluir a edades tempranas una correcta alimentación e higiene dental ayudarán a evitar problemas futuros, pero también añadir alimentos como las proteínas, el calcio y la vitamina D a temprana edad favorecen la correcta formación de los dientes de leche.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es la forma de consumir esos alimentos, ya que no es lo mismo consumir algo sólido, que hacerlo a través de batidos y purés. Como los expertos indican, comer con asiduidad alimentos en forma de purés, salsas y batidos hace que las comidas se peguen a la boca, mezclándose con la placa bacteriana y provoca la acción de las bacterias. Como apuntábamos anteriormente, lo más aconsejable es incluir en la dieta diaria frutas y verduras crudas, ya que estas contribuyen a la limpieza de la superficie dental.

No hay que olvidar la importancia de la higiene diaria

El primer consejo de todo profesional del sector es cepillarse los dientes un mínimo de tres veces al día, después de cada comida. Pero esto por sí solo no sería suficiente, porque tan importante como ese paso es incluir otros que vayan más allá en la limpieza. Es decir, no sería suficiente con el uso de un cepillo de dientes, sino que convendría incluir el hilo dental, así como los colutorios para eliminar del todo los restos de comida que han quedado en los recovecos de la boca y a los que el cepillo de dientes por sí solo no llega.

Además, es importante no limitarse solo a la limpieza de los dientes y de las encías, ya que la lengua es la gran olvidada: allí se almacena un gran número de bacterias.

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