La tecnología ha llegado al sector vinícola

El vino es más que una tradición y una seña de identidad de nuestro país y es que este sector, el sector vitivinícola español, es uno de los grandes motores económicos de nuestro país, con más de 427.000 empleos y un valor añadido bruto superior a los 23.700 millones de euros. Esto nos hace suponer que cualquier esfuerzo económico que hagamos para fomentar este producto nos va a devolver unos beneficios muy interesantes y es que las cifras generales son realmente muy interesantes y ascendentes con el paso de los años.

Por ello, no es de extrañar que muchas empresas auxiliares trabajen y dediquen cientos de horas al año para seguir desarrollando tecnología que permita seguir creciendo a este sector y, entre otros avances, alguna de la maquinaria que hoy podemos disfrutar durante el proceso de elaboración del vino pasa por:

  • Recolector de frutas. La recogida de la uva es uno de los momentos especiales que requieren un esfuerzo extra, sobre todo antes, ya que, durante siglos, la vendimia se ha hecho a mano, realizando la recolección racimo a racimo. Por suerte, en la actualidad existen herramientas y máquinas que hacen la tarea más sencilla. Estas máquinas para recoger la uva cuentan con tijeras y cuchillos diseñados específicamente para este fin, pero para acceder con facilidad a la parte más alta de la vid, el recogedor de frutas resulta indispensable. Los modelos actuales cuentan mangos regulables y ligeros para no dejarte atrás ni un solo racimo.
  • El despalillado es la primera operación que se realiza cuando la uva llega a la bodega. Es la tarea que consiste en separar la uva del raspón y de otras partes vegetales como las hojas. Para hacer más sencilla esta etapa, que tradicionalmente también se hacía a mano, existe una máquina llamada despalilladora.
  • Una desgranadora sirve para separar el grano de cualquier planta cultivada del resto de sus elementos vegetales. Con su sistema de rodillos continuos, la desgranadora no solo selecciona y elimina cualquier resto vegetal o cuerpo extraño atrapado durante la recolección, además, separa con la necesaria delicadeza cada uva del racimo. Los rodillos actúan por vibración y pueden adaptarse para lograr un cribado más o menos estricto. Tras pasar por ellos, las uvas salen listas para pasar a la estrujadora.
  • El estrujado es ese proceso que antaño se hacía pisando con los pies descalzos las uvas en el fondo de una cuba. Hoy día, la técnica ha cambiado por completo y se usan estrujadoras manuales o eléctricas. Las primeras se limitan a aplastar la fruta mientras que los modelos eléctricos, más eficientes, son capaces de convertir las uvas en puré, tal y como nos recuerdan los expertos en maquinaria para este sector productivo de Boada Tecnología, quienes llevan años diseñando y fabricando los productos más punteros para lograr unos caldos de primera calidad al mejor precio.
  • Después del estrujado tiene lugar una etapa clave de la vinificación y que es el prensado. El procedimiento consiste en prensar el mosto de la uva recién cosechada para extraer el jugo. El tipo de prensa y de prensado tendrán un papel decisivo en el resultado final del vino, en su textura e incluso en su aroma. Las prensas exprimen las uvas sin aplastar las semillas y gracias a los nuevos materiales e innovaciones que incorporan, las condiciones de calidad y longevidad del vino se han visto mejoradas.
  • Bidones y barriles de almacenaje y transporte del vino. Existe una amplia variedad de bidones y barriles que resultan imprescindibles a la hora de almacenar el vino en condiciones óptimas y transportarlo sin que pierda sus propiedades organolépticas de aroma, cuerpo y sabor. Con el actual incremento del comercio en el sector del vino, estos depósitos específicos para poder trasladarlo con seguridad ya forman parte de los utensilios y maquinaria vinícola esencial para cualquier productor.
  • Embotelladoras y encapsuladoras. Las primeras son básicas para poder llenar las botellas con rapidez y sin derramar una sola gota del preciado caldo. En la mayoría, el llenado se realiza por gravedad, aunque algunas incorporan sistemas de filtrado y bomba para aumentar su capacidad de embotellado. Las hay manuales, automáticas y semiautomáticas y su número de grifos es variable. La encapsuladora es la máquina que se encarga de terminar el proceso poniendo el tapón o cápsula que recubre el corcho y parte del cuello de la botella. Funcionan por presión y las hay perfectas para aficionados al mundo del vino y también para profesionales.

¿Qué otra maquinaria enológica se suele usar habitualmente?

Además de la que os hemos ido mencionando, lo cierto es que hay otras maquinarias que pueden ser importantes a la hora de hacer realidad el proyecto de producir un buen caldo para consumo propio o para comercializarlo. Encorchadoras, electrobombas, placas para el control de temperatura, maquinaria de filtrado, tolvas receptoras, agitadores… son una pequeña muestra de las innovaciones que ya podemos adquirir para conseguir un vino de primera calidad.

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