Joyas españolas.

Las joyas españolas convertidas en arte.

Algunas de las principales marcas españolas de joyería presentan sus últimas colecciones en una propuesta artística que va más allá de la promoción de complementos valiosos de moda. Reseñamos las propuestas más interesantes.

Los gestores del portal de internet Arte Joya, una tienda online que se dedica a promocionar y vender joyería 100% española, resalta la dimensión artística de la artesanía joyera nacional. Desde los plateros de Córdoba hasta los artesanos de perlas de Mallorca, nuestro país tiene una larga tradición en el diseño y fabricación de joyas. Un sector que reclama, con todo derecho, el reconocimiento de su dimensión cultural y artística.

Esta es una orientación que han cogido en sus manos algunas de las principales marcas de joyería de nuestro país. En lugar de presentar las piezas de forma aislada, las integran en un discurso estético, donde lo más importante es el mensaje. Pretenden conectar con el público, ya no solo por el valor de las joyas, sino por un discurso con el que las o los compradores se pueden sentir identificados. Una propuesta estética que conecta con la forma de ser y sentir de sus potenciales compradores. Presentando campañas con un fuerte impacto visual y emocional.

A algunos, esto les puede parecer una simple operación de marketing, pero lo cierto que el diseño y fabricación de joyas tiene un fuerte componente artístico que nunca se ha sabido explotar en su justa medida.

Parece que las casas de joyería han cogido este camino. Veamos como lo recorren en concreto.

La propuesta racial de Majorica.

Majorica es una casa de artesanos joyeros ubicada en Manacor y en Palma, en la isla de Mallorca, que llevan fabricando collares de perlas y otras piezas de joyería desde 1890.

En sus últimas colecciones, la empresa balear ha explotado el concepto marca “España” para lanzar sus producciones al mundo. Sobre un fondo rojo, en sus carteles aparecen modelos como Viqui Martín Berrocal o el asturiano Rodrigo Cuevas, vestidos completamente de rojo, con sombreros cordobeses y el blanco de los collares de perlas colgando de sus cuellos.

Son símbolos fácilmente reconocibles en todo el mundo. Pero frente a dar una imagen cañí, obsoleta, estos joyeros mallorquines recogen algunos sentimientos profundos de la cultura española. El color rojo, que representa pasión. La presencia de modelos con fuertes rasgos raciales, que transmiten orgullo por los orígenes. Y la inclusión de personajes como Rodrigo Cuevas, reconocido activista LGTBI que manifiesta el carácter integrador y libre de la cultura española.

En un artículo publicado en el periódico local Manacor-manacor, Miquel Oliver, director general de Majorica, expresa que la casa lleva años intentando compaginar la innovación con la tradición artesanal. Algo que se aprecia perfectamente en el diseño de sus colecciones y en sus campañas publicitarias.

Los collares de Mallorca están fabricados por artesanos, en empresas familiares que se transmiten de generación en generación, utilizando las perlas que se cultivan en el litoral de la isla.

Inmersos en la vorágine absorbente del turismo, actividades como la empresa Majorica, preserva la industria local, creadora de riqueza, otorgando un mayor nivel de autonomía económica a las Islas Baleares y conservando una de sus tradiciones.

La conexión mística de Bohemme.

Bohemme es una casa de joyería de alta gama que lleva fabricando joyas desde 1946 y ha sabido crear un discurso propio.

Ubicados en Córdoba, la ciudad que desde la edad media, bajo dominio de los árabes, se convirtió en un referente en el artesonado de la plata, Bohemme ha sobrepasado la platería, incluyendo en sus diseños piedras preciosas y semipreciosas como la circonita, la turmalina, la espinela y la esmeralda.

Estos artesanos cordobeses se dirigen a una mujer concreta. Con inquietudes espirituales. Que les gusta estar en contacto con la naturaleza, entrar en armonía con ella. Mujeres para las que las joyas y complementos son una expresión de su personalidad, enigmática y profunda. Un aspecto intenso y subyugador de la esencia femenina que va más allá de presentar un cuerpo y una cara bonita.

La mujer manifiesta la conexión del ser humano con la naturaleza. Es la creadora de vida, la que protege a los suyos garantizando la supervivencia. Bohemme ha intentado captar esa esencia, diseñando joyas que cuentan historias y sobre todo que crean un discurso que conecta con esos pensamientos y emociones que una mujer no cuenta a todo el mundo.

Tissa Fontaneda y el lujo silencioso.

Dice la revista Vanity Fair que Tissa Fontaneda es la autora del lujo silencioso. Personalidades como la reina Leticia o Rania de Jordania lucen sus bolsos y complementos expresando elegancia sin hacer ostentación. Un nuevo concepto del lujo en los tiempos actuales.

Aunque la marca está afincada en Madrid, Tissa, en realidad, nació en Múnich, Alemania. Llegó a España aprovechando una oferta de trabajo de la casa Loewe para diseñar complementos.

Con el tiempo se independizó y creó una marca propia. Empezó confeccionando bolsos de piel artesanales. Con unas características diferenciadoras respecto a la competencia como las burbujas simétricas a lo largo de toda la pieza y un acabado artesanal cuidado. Sus bolsos no tienen ningún logo a la vista, pero todo el mundo que los ve, sabe que los ha diseñado ella.

Tissa apuesta por un diseño elegante y atemporal, que contribuye a dar un toque personal e individualizado a la mujer. En su vida normal, Tissa Fontaneda reconoce que no es ni muy femenina, ni muy sexi, pero dice huir de la uniformidad. De que todas las mujeres vistan igual. En su opinión es algo antinatural. Cada persona es distinta, por tanto, no es lógico que todas las mujeres lleven el mismo look.

Aunque Tissa Fontaneda es una marca de bolsos y complementos, muchas joyerías venden sus productos debido a su carácter exclusivo. Artículos que combinan perfectamente con las joyas más elegantes. Dando ese toque de discreción que triunfa en la joyería contemporánea.

La sobriedad imperturbable de la casa Suárez.

Suárez es una casa de joyeros de Barcelona, con más de 80 años de antigüedad y tres generaciones al frente del negocio. Presumen de ser uno de los joyeros del país donde todos los procesos se realizan de manera artesanal por parte del mismo equipo de artesanos. El protagonista indiscutible de sus creaciones es el diamante. El cual tallan en sus talleres de Barcelona y lo insertan con diferentes cortes y tamaños.

Observando los carteles promocionales de la casa Suárez, me he dado cuenta de que muchos de ellos son fotografías en blanco y negro, hechas con un gusto exquisito. Parece como si fueran fotogramas sacados de una película de Fellini. Con ese punto imperecedero de las obras maestras por las que no pasa el tiempo, esas que no pueden esconder su toque de genialidad.

Las fotografías que expone la casa Suárez te retrotraen a lo mejor de los años 50. A las imágenes promocionales de Lauren Bacall, Sofía Loren o Greta Garbo. Aquellas imagines impactantes que se quedan atrapadas en la memoria. Donde la belleza y el glamur de Hollywood  se concretaban en la personalidad de sus artistas. Imágenes cuya fuerza visual es imposible que borre el tiempo.

Ese mismo espíritu es el que intentan plasmar estos artesanos en sus joyas desde que empezaron a fabricarlas. Pequeñas obras de arte que una mujer puede lucir ajena a las modas y al paso del tiempo, transmitiendo una belleza serena y seductora, que va atrapando con su contemplación.

En varias ocasiones la Casa Suárez ha colaborado con grandes nombres de la cultura, como el escritor Antonio Muñoz Molina, el director de cine Pedro Almodóvar o el diseñador de moda Jesús del Pozo.

Dagas y serpientes en Gold & Roses.

En el 2016, la reina Leticia sorprendió a todos luciendo en varias recepciones unos pendientes con formas de daga, con diamantes engarzados, creados por una marca de joyería desconocida para la mayoría, por aquel entonces. Estaban fabricados por Gold & Roses.

Gold & Roses es el resultado de la conexión de dos mentes creativas, que proviniendo de familias de joyeros, terminaron en el mundo de la joyería casi por casualidad. Hanna Rodríguez y Sofía Ruíz estudiaron psicología y económicas, respectivamente. Se conocieron en Madrid y decidieron formarse en joyería y gemología, para dar rienda suelta a su creatividad.

Se caracterizan por trabajar oro de 18 quilates, el cual combinan con diamantes y piedras preciosas trabajadas de manera artesanal. De todos modos, lo que más destaca de sus joyas es su diseño. Sus formas simples están inspiradas en gusanos, serpientes y dagas. Con un efecto insinuante y unas líneas sencillas, nos traen a la memoria elementos de la naturaleza. Imágenes que tal vez hayamos visto alguna vez en un libro de texto, pero nunca con esa apariencia.

Para Hanna y Sofía, la joyería es todo un arte, por eso, además de diseñar joyas nuevas, no dudan en restaurar joyas antiguas y devolverles su esplendor, como si estuvieran restaurando un cuadro barroco del siglo XVII.

La joyería y el arte siempre han estado, de alguna manera, relacionados. Nos agrada saber que esa relación se hace más evidente.

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