Es increíble lo capacitadas que están las mujeres para absolutamente cualquier situación que se les pueda presentar a lo largo de toda la vida. Nadie puede ponerlo en duda. Una situación puede ser complicada por cualquier motivo, pero las mujeres son capaces de dar todo para salir adelante y allanar las cosas. Cuando hablamos de que los hombres son mejores desde el punto de vista de la fuerza, dan ganas de reír en muchas ocasiones porque muchos de ellos no tendrían la capacidad para hacer frente a según qué cosas. Y seguro que en algún caso lo habéis llegado a pensar.
Una de las situaciones en las que mejor se ve lo que acabamos de explicar tiene que ver con el momento en el que empiezan a ser madres y deben estar pendientes de una enorme cantidad de cosas. Por mucho que duela reconocerlo, es evidente que las madres hacen muchas más cosas por los hijos e hijas que los padres y se preocupan mucho más por aspectos como su educación o su desarrollo. Es algo que debería cambiar, por supuesto, pero la realidad es la que es. Habrá excepciones y nos alegramos mucho de que así sea, por supuesto, pero eso no quita que lo que estamos diciendo sea verdad.
Si una mujer ya tiene un gran sentido de la responsabilidad, este se multiplica cuando es madre y debe estar al tanto de todo lo que le hace falta a su hijo o hija. Es algo innato. Y es algo que no solo se va a producir durante las primeras semanas de vida de la criatura, semanas en las que sigue de baja por maternidad, sino que también es algo que se va a mantener durante los años, por mucho que haya jornadas laborales kilométricas que le impidan estar muchas horas con su hijo o hija.
Es evidente que la vuelta al trabajo después de haber sido madre es dura. Y no solo porque tengamos que ponernos al día de todo lo que ha cambiado en nuestra empresa desde que no estamos, sino porque toca compaginar la vida laboral con la personal, que se encuentra en un momento muy importante como es el desarrollo de un pequeño niño o niña. Son muchas horas las que debemos pasar alejadas y alejados de esa pequeña criatura que tanto nos ilusiona y sin la que ya no vamos a poder vivir.
¿Cuál es la realidad de todas esas madres que se incorporan al trabajo después de la baja por maternidad? Esa realidad es que abren un periodo complicado en el que la organización es fundamental. Un gran porcentaje de parejas decide contratar servicios de cuidado de bebés y desde Servicio Doméstico Sant Pau nos han desvelado algunos de los motivos que les conducen a ello.
- Lo más importante es que no disponen de ningún familiar que se pueda hacer cargo del bebé. A lo largo de muchos años, las parejas jóvenes que tienen hijos suelen encargarles el cuidado de los mismos a los abuelos. Pero lo cierto es que la realidad ha cambiado en ese sentido porque hay muchas parejas que están viviendo en una ciudad en la que no han nacido y eso impide que los abuelos se puedan hacer cargo de los recién nacidos.
- Otro de los grandes motivos tiene que ver con que, gracias a la contratación de un servicio como del que estamos hablando, el bebé no sale de casa y no tiene que encontrarse en un entorno que no sea al que esté habituado. Esto es sumamente importante porque, gracias a ello, no se sentirá incómodo.
Resulta bastante tranquilizador saber que siempre puedes encontrar a alguien para que cuide de tu bebé. Cuando nos encontramos en esa fase de la vida en la que acabamos de ser madres, las preocupaciones se multiplican y tenemos que buscar soluciones a esos momentos en los que no nos vamos a poder hacer cargo de nuestro bebé porque nos encontramos trabajando. Por supuesto que las mujeres pueden organizarlo todo con eficacia, pero desde luego es imposible trabajar y cuidar de nuestro bebé al mismo tiempo. Y, por desgracia, trabajamos demasiado aunque tengamos una reducción de jornada.
Los abuelos podrán hacer cada vez menos
Destacábamos que uno de los motivos por los cuales se contrata un servicio de cuidado de bebés es porque los abuelos no se pueden hacer cargo de los mismos. Esta situación se va a incrementar en los próximos años y os vamos a contar por qué. Las madres que tienen hijos los tienen cada vez más tarde. Es muy raro que una mujer tenga descendencia antes de llegar a la treintena. ¿Qué supone eso? Que, cuando tengamos a nuestro bebé, nuestros padres y madres serán más mayores y tendrán muchos más impedimentos para cuidar de su nieto o nieta.
Por supuesto que nos seguirán brindando ayuda en todo lo que puedan. Los abuelos y las abuelas siempre lo hacen. Pero no es lo mismo enfrentarse a una situación como esa cuando se tienen 60 años que cuando se pasa de los 70, por poner un ejemplo. Hay que ser conscientes de que las personas tenemos nuestras limitaciones y que esas limitaciones empiezan a manifestarse a medida que vamos incrementando el número de años que tenemos.
¿Qué está pasando con el número de nacimientos en España?
Estamos oyendo en los distintos medios de comunicación que la natalidad se está desplomando en el interior de nuestras fronteras… y eso se está convirtiendo en algo cada vez más evidente. Podemos comprobarlo gracias a un estudio realizado por el portal web Statista. Podemos ver que, mientras que en 1975 el número de nacimientos superaba los 660.000, ahora apenas se llega a los 322.000. Se trata de una reducción del 50% en apenas medio siglo, un dato que es demoledor y que pone de manifiesto que tener hijos e hijas hoy en día es mucho más difícil que haberlos tenido durante el siglo pasado.
¿Cuál es el motivo de que esto sea así? Es bastante sencillo de comprender y así lo hace saber una noticia que vio la luz en la página web de la agencia EFE. El coste económico que supone criar a un hijo, los problemas que tienen las parejas para acceder a una vivienda digna, la precariedad que existe en muchísimos puestos de trabajo y la falta de apoyo son varios de los asuntos que hacen que la gente se replantee si tener hijos o no, siendo la respuesta en la mayoría de las ocasiones negativa. Es triste, pero esta es la realidad en la que nos movemos.
Lo que debería ocurrir para que la tasa de natalidad volviera a crecer es que se garantizará una cierta estabilidad económica para todas las familias. Vemos continuamente a los políticos por televisión o en distintos medios de comunicación hablar del problema que supone qué haya cada vez menos gente joven en nuestra sociedad, pero lo cierto es que no se ponen las medidas adecuadas para tratar de cambiar las tornas y fomentar la natalidad, sino que es preferible para ellos continuar explotando al trabajador en todos los sentidos.
Parece complicado que esa realidad vaya a llegar alguna vez. Estamos en un punto en el que la vida no para de subir, en el que hay cada vez más personas viviendo en condiciones cercanas a la pobreza. El precio de los alquileres está por las nubes y muchas familias tienen que destinar un porcentaje más grande de 50% de sus ingresos a pagarlos. Si, teniendo eso en cuenta, después tuviéramos que afrontar el pago de todo lo que le hace falta a un recién nacido, ¿seríamos capaces de ahorrar o nos veríamos a bocados a una situación de bancarrota familiar?
Probablemente, la pregunta anterior se resolviera con la segunda de las opciones, la de la bancarrota familiar. Y todo el mundo es plenamente consciente de ello. Es por eso por lo que hay mucha gente que directamente ha decidido no tener hijos o tener uno como mucho. Eso no quiere decir que los jóvenes de hoy en día no quieran tener hijos, lo que quiere decir realmente es que no pueden tenerlos. Este es un problema que merece ser tenido en cuenta mucho más de lo que viene siendo en las últimas décadas. Las consecuencias de la falta de relevo generacional y la falta de juventud en una sociedad son desastrosas. Y lo vamos a terminar comprobando más pronto que tarde.
Hay que cambiar las cosas y hay que cambiar el estilo de vida para que podamos tener un bienestar mucho mejor y tener hijos e hijas si así lo queremos. Nada es más triste que tener que renunciar a tener descendencia por culpa de la situación económica que estamos pasando y que es común a una enorme cantidad de gente en España. Ojalá que seamos capaces de darle un vuelco a este tema porque lo cierto es que no pinta nada bien y, además, no es justo.