Una casa es como una piedra por pulir. Un diamante en bruto. La compras por su ubicación, por sus dimensiones, por las posibilidades que te ofrece. Luego tienes que adaptarla a tu gusto. Las reformas integrales es una forma de hacerlo.
Ha cambiado la tendencia en decoración en los últimos tiempos. Buscamos casas para vivirlas. Lugares en los que nos sintamos a gusto el tiempo que estemos en él. No nos preocupa tanto que les gusten a los demás, sino que nosotros nos sentimos cómodos. Pero claro, una casa tiene sus limitaciones. Limitaciones de espacio, sus dimensiones, y limitaciones circunstanciales, las acciones que podemos hacer sobre ella. Aun así, vale la pena reformarlas para dejarlas de acuerdo a nuestras expectativas.
El propietario de un piso de principios de siglo XX en el ensanche de Pamplona, encargó la reforma de su vivienda al Grupo Navitec, una empresa multidisciplinar de Navarra, especializada en reformas integrales, y transformó lo que era un inmueble antiguo en una vivienda moderna, con todo lujo de comodidades.
Se trata de una práctica habitual. Cuantas personas compran una vivienda antigua en el centro de la ciudad y se ven obligadas a reformarlas para poder habitarlas. Imagínate que heredas el piso de tus abuelos. Es una bicoca. ¿Te imaginas el dinero que te costaría si tuvieras que comprarlo? Pero claro, necesitas invertir para dejarlo a tu gusto. Entre otras cosas porque muchas de las instalaciones son antiguas y probablemente estén deterioradas. Existen inversores que compran pisos antiguos, los restauran y después los ponen a la venta o los alquilan.
Con la reforma integral de inmuebles se pueden hacer auténticas transformaciones. Aquí te dejamos algunas ideas para inspirarte.
En la ciudad.
La revista de decoración, Mi Casa, presenta en un artículo 25 reformas espectaculares que han logrado transformar por completo una vivienda, convirtiéndola en un lugar acogedor, actual y al gusto del propietario. Te comentamos algunos ejemplos que nos han llamado especialmente la atención.
Empezamos con Vancouver, Canadá. Un apartamento de 60 metros cuadrados, con más de 105 años de antigüedad en el centro de la ciudad. Su nueva propietaria, amante del arte y de la moda, se enamoró de la vivienda por su ubicación. Su localización en la zona más bohemia de la ciudad. El piso era más bien oscuro. Con líneas angostas que empequeñecían los espacios. Producía una sensación claustrofóbica. Todo lo contrario a la zona de la ciudad en la que se encontraba. Era una vivienda que invitaba al recogimiento, cuando el barrio donde se encuentra rebosa vitalidad. Lo primero que hicieron fue abrir el salón y juntarlo con la cocina. Creando un espacio amplio, luminoso y despejado, convirtiéndolo en el centro neurálgico de la vivienda. Ubicaron una pequeña cocina al fondo. Con una pequeña encimera, con armarios por debajo, que hacía las veces de barra para desayunar. El resto del espacio lo reservaron para el living. Colocaron muebles claros y un parquet de nogal en espiga, para aprovechar más aún la luminosidad y dar sensación de amplitud. El otro espacio donde se centró la reforma fue el dormitorio. Empequeñecido por un aparatoso armario de tres cuerpos. En su lugar se colocó una cama de matrimonio con canapé, que resolvía el problema del almacenamiento, un espejo de cuerpo entero colocado de pie y un potro para colgar la ropa que se usa con más frecuencia. Como si fuera el camerino de un teatro o un vestidor.
Nuestro segundo ejemplo es un ático en el centro de Madrid. En este caso hubo que rediseñar toda la vivienda y volcarla hacia la terraza. Cuando el piso antiguo vivía de espaldas a la misma. La salida a la terraza era una pequeña puerta situada en el comedor, por la que se accedía a esta. Donde su anterior propietaria colgaba la ropa recién lavada, tenía plantas y una pequeña mesa de jardín de plástico con dos sillas. El arquitecto diseñó en la terraza un espacio chill out con sofás de exterior y mesitas; y un área comedor con una mesa de forja y sus respectivas sillas, cubierto todo con un toldo corredero. Abrió un gran ventanal con ventanas de P.V.C. que ocupaba casi toda la pared del salón y desde la que se podía ver la terraza. El sol procedente de la calle inundaba el salón y daba vida a la vivienda. Las vistas desde el comedor, directamente a la terraza, invitaban a frecuentarla, focalizándola como la estancia más atractiva de la casa.
En Mallorca encontramos una casa verde, ecológica. Donde la integración con el entorno natural, las referencias a la naturaleza y la fluidez de la luz marca la identidad del lugar. Para empezar, la casa está ubicada en mitad de un pinar propio del bosque mediterráneo. Antes de entrar al interior de la vivienda hay colocado un porche con una gran mesa de madera y sillas de mimbre que se mimetizan en el paisaje. Otro lugar destacado es el comedor. Una gran sala diáfana con grandes ventanales que dan a la parte de atrás de la casa, desde donde se puede ver parte de la arboleda. Una de las paredes del comedor se ha dejado con piedra a la vista, aportando a la estancia un aire rústico que encaja perfectamente con la decoración de la casa. No nos equivoquemos. La casa no es rupestre. El centro del comedor es un conjunto formado por dos sofás tapizados en tela y dos sillones a juego, con una mesa redonda de café que indica un punto de reunión. Si pasamos a los dormitorios, la apertura al exterior sigue siendo la tónica dominante. Con grandes ventanales por donde entra la luz del exterior y desde los que se puede ver el pinar que los rodea. Cabe destacar que todas estas obras se han realizado a posteriori, y que la casa en un principio no tenía esta forma.
En el campo.
Si tienes una casa rústica o un chalet, piensa que las opciones de reforma son infinitas. Puedes convertir tu casa en el campo en un lugar acogedor en el que disfrutar tus temporadas de ocio e incluso, por qué no, plantearte vivir en él. La revista digital Decor nos presenta algunas sugerencias. Recojo en este artículo algunas de estas ideas:
- Abraza las imperfecciones. Las casas de campo las construían con frecuencia los agricultores. Eran lugares en los que pasar temporadas al lado de un huerto, lo usaban como centro de operaciones para jornadas de caza o para realizar actividades como la matanza del cerdo, con la consiguiente elaboración de embutido. Están plagadas de imperfecciones. Por ejemplo, paredes que no han quedado completamente rectas o techos desnivelados. No tengas miedo de ocultarlos. Utiliza tu imaginación e intégralas en la decoración. Desde luego, estas imperfecciones bien aprovechadas le dan un toque original.
- Pinta un zócalo. Los muros de las casas antiguas, en algunas regiones de España como La Mancha o Andalucía, estaban construidos con adobe. La parte de debajo de la pared se reforzaba con cemento y se pintaba de un color diferente (gris, antracita, azul marino, etc.) El resto de la pared se enjalbegaba con cal. Traslada esta estética a las alcobas de la casa. Pinta la parte de debajo de un color llamativo como verde o rojo y pon un suelo de baldosas del mismo color. El resto de la pared píntala de blanco. Le da personalidad al lugar.
- Si tienes paredes de piedra o vigas de madera en el techo, déjalas a la vista. Proporcionan un aire campestre muy interesante. Respecto a las paredes con que dejes una o dos, una enfrente de la otra, en piedra y enluzcas las otras, es suficiente. La viga de madera del techo es conveniente sanearla y barnizarla.
- Construye una alberca en el patio. Sí, una alberca, no una piscina. Que refresque el ambiente y consolide el patio o la zona exterior como un punto de reunión. El agua es un elemento que genera energía, que nos relaja y que nos hace sentir en armonía con la naturaleza y con nosotros mismos.
- Al calor del fuego. Disponer de una chimenea en el comedor es un elemento acogedor. Además de llamar la atención, invita a quedarse y darle un mayor uso a la estancia. Sobre todo en las frías noches de invierno. En la ciudad es difícil disponer de una, pero en el campo se puede construir una chimenea de obra sin problemas. Aunque no se utilice, es un elemento decorativo sugerente.
- Lleva tu estilo de vida de la ciudad al campo. Nos puede gustar el campo porque allí encontramos paz y tranquilidad. Porque estamos en contacto con la naturaleza y respiramos aire puro, pero no nos olvidemos, no somos campesinos. Debemos habilitar algunas dependencias para poder realizar las actividades que efectuamos habitualmente. Por ejemplo, disponer de un despacho, en el que colocar el ordenador y poder trabajar en él cuando lo necesitemos.
Como hemos visto, las reformas integrales son un medio estupendo para transformar una vivienda y convertirla en la casa de nuestros sueños. Si encuentras un arquitecto que entienda tus planteamientos, es posible.